Doctor Francisco Aboitiz y Alonso Hernández Martos CN-8ºDan
LOS KATAS COMO TRABAJO TERAPEUTICO – Alonso Hernández Martos 8º Dan
Al leer este artículo sobre el funcionamiento del Cerebro vino a
confirmar mi teoría de la gran importancia que tienen los movimientos de
Karate realizados en los Katas.
Según la medicina tradicional Oriental los movimientos que realizamos
no solo los memoriza el Cerebro si no que se memoriza en determinados
Órganos en el caso de los movimientos (Dicen que se Memoriza ó atesora
en el Hígado) un ejemplo de ello seria cuando aprendemos a nadar,
patinar, montar en bicicleta etc. Podremos observar que aunque pase
tiempo que no practiquemos dichas actividades no se olvidan, lo haremos
mejor o peor pero nunca se nos olvidaran.
Los Katas podrían usarse como un trabajo terapéutico para mejorar la
memoria y el estado físico del individuo dado que no solo intervendría
el Cerebro sino también los órganos correspondientes.
Los Katas están compuestos por gran variedad de movimientos siguiendo
un orden lógico, teniendo a su vez un significado practico de
aplicación.
Los movimientos que nos encontramos en los Katas estimulan la
circulación sanguínea lo cual de todos es sabido los beneficios que
aporta a nuestro organismo, siendo la realización de ejercicio
aconsejado por los Médicos.
Con los Katas tenemos la ventaja sobre otras formas de ejercicio el
trabajo de prácticamente todas las articulaciones del cuerpo lo que nos
serviría para prevenir y retrasar los síntomas de la temida artrosis.
También seria de destacar el estimulo de los meridianos de energía del cuerpo en los cuales esta basada la medicina Oriental.
Como podremos ver en el articulo del Doctor Francisco Aboitiz. Se
trabaja gran parte del Cerebro lo que posiblemente nos serviría para
mejorar, evitar o retrasar posibles enfermedades de falta de memoria.
EL FUNCIONAMIENTO DEL CEREBRO
Aparte de un acondicionamiento físico apropiado, el karate
proporciona elementos de coordinación motora y de actitud hacia el
entorno que dependen de funciones cerebrales específicas y son
aplicables a muchos ámbitos de la vida. El entrenamiento en esta
disciplina –como en otras artes marciales- permite reforzar formas de
memoria y estados atencionales que son fundamentales para el desarrollo
motor y cognitivo, y cuyas bases neurológicas comienzan a comprenderse
poco a poco.
Una de estas formas de memoria es la llamada memoria procedural, que
consiste en la automatización de rutinas de movimientos aprendidos.
Además, el estado de atención requerido por un karateca implica tanto un
balance emocional perfecto como el entrenamiento de formas de memoria a
corto plazo que permiten estar consciente del entorno al mismo tiempo
que se mantiene la atención focalizada en un punto.
Cada una de éstas características se basa en un sistema neurológico
distinto para funcionar, los cuales serán descritos a continuación.
LA MEMORIA PROCEDURAL EN EL KATA
Un elemento fundamental en el aprendizaje del karate lo proporciona
el kata, que es un combate simulado contra varios adversarios. En éste
se practican tanto los movimientos básicos como las secuencias que
permiten que ésta sea una técnica formidable. Durante el aprendizaje de
los complejos movimientos que configuran un kata determinado, se pasa
por al menos dos etapas.
En una primera etapa, el aprendiz se hace paulatinamente consciente
de los movimientos, las posturas y la secuencia que debe seguir durante
la ejecución del kata.
Como resultado de la práctica repetitiva del kata, se pasa a una
segunda etapa en la cual los movimientos ya no requieren del uso de la
conciencia para ser ejecutados, sino que comienzan a ocurrir en forma
inconsciente o automática..
Se dice entonces que el aprendiz ha “incorporado” el kata, y puede
entonces aplicar el uso de éste en otras situaciones. En general, el
aprendizaje del karate consiste en este proceso de “incorporar” la
técnica de manera de poder desarrollarla espontáneamente, sin necesidad
de pensar en ella. Es en ese momento que la persona verdaderamente
conoce la técnica.
Estas dos etapas corresponden a procesos bien definidos en el ámbito
neurológico, y que tienen que ver con el aprendizaje de movimientos
complejos en general. En una primera etapa, cuando no conocemos la
secuencia motora y debemos estar atentos a ésta para asimilar los
elementos fundamentales de ésta, requerimos de una actividad consciente,
que registre en el “disco duro” del cerebro el esquema motor que
estamos aprendiendo.
Para ello, son fundamentales las regiones motoras y sensoriales de
nuestra corteza cerebral (la corteza cerebral es la región más externa
de nuestro cerebro, que muestra una serie de convoluciones y da al
cerebro una apariencia arrugada), ubicadas en la mitad posterior del
cerebro.
Entre estas regiones destaca la región parietal que está involucrada
en proporcionar al individuo una imagen de su propio cuerpo. La práctica
repetida del ejercicio permite que en estas regiones de la corteza se
consolide una memoria o representación del movimiento, que es
enteramente consciente.
FIGURA 1. CORTEZA CEREBRAL (VISTA LATERAL)
En
la segunda etapa, en que se “internaliza” el kata, ocurre un
desplazamiento de la representación de la secuencia de movimientos hacia
regiones mas profundas del cerebro. Bajo la corteza cerebral, existen
unos núcleos llamados ganglios basales, que están involucrados en la
puesta en marcha y ejecución de secuencias motoras automáticas. Por
ejemplo, la enfermedad de Parkinson se caracteriza, además del temblor
en las mano, por la incapacidad de iniciar y ejecutar los movimientos y
precisamente afecta el funcionamiento de los ganglios basales.
Se cree que la transición de la memoria consciente hacia la memoria
automática consiste fundamentalmente en una transferencia de la
representación del movimiento desde la corteza cerebral hacia los
ganglios de la base, por un mecanismo que aún falta por esclarecer. Se
sabe que existen extensas conexiones entre la corteza cerebral y los
ganglios basales, pero por el momento se desconocen los detalles de cómo
puede ocurrir el traspaso de la información entre ambas estructuras.
FIGURA 2. LA CORTEZA Y LOS GANGLIOS BASALES
Cuando
el esquema del kata ha quedado representado en los ganglios basales (ha
sido “internalizado”), toma la forma de una memoria procedural, y pasa a
ser parte del repertorio de respuestas inconscientes y automáticas. Es
entonces cuando se transforma en un arma poderosa para el individuo.
El balance emocional y la atención en la actitud de combate.
Un elemento importantísimo para el karateca lo constituye la llamada
actitud de combate. Ésta involucra un balance emocional en el cual no
exista lugar para el miedo o la ira aunque sin embargo el alerta esté
activado en un grado máximo; y esto último involucra tanto un foco muy
nítido de atención como una clara conciencia de lo que está ocurriendo
en el entorno.
El balance emocional depende en gran medida de un sistema de núcleos
que es llamado el sistema límbico. Éste regula las motivaciones básicas
como el hambre, la conducta sexual, el miedo y la agresión.
Sin embargo, un control más fino de estos impulsos los realiza una
región de la corteza cerebral llamada corteza orbitofrontal (porque es
la parte de la corteza frontal que se localiza sobre las órbitas de los
ojos).
En esta región se efectúa el delicado balance entre nuestros impulsos
que nos permite comportarnos en sociedad, y nos permite distinguir lo
que es adecuado de lo que no lo es.
El equilibrio requerido para poseer una actitud de combate óptima, en
que el karateca debe controlar tanto la ira como el temor, y mantener
un alerta máximo, adivinando los movimientos e intenciones del
adversario, se logra en parte a través del entrenamiento de esta región
del cerebro.
Por otro lado, la capacidad de mantener un foco de atención depende
en parte de una región denominada cíngulo anterior, que se localiza en
la región medial de la corteza frontal. Por ejemplo, el cíngulo anterior
muestra una sobreactivación en los niños con síndrome de déficit
atencional.
Además, la llamada corteza frontal, localizada en el extremo anterior
del cerebro, participa de dos maneras en la regulación de la atención.
En primer lugar, permite que exista una conciencia clara de lo que
ocurre en el entorno, gracias a una forma de memoria que se denomina
memoria de trabajo.
Este
tipo de memoria permite mantener en mente eventos que han ocurrido hace
segundos, utilizar esa información para la conducta que se está
ejecutando en cada instante.
De esta manera, la acción coordinada de muchos sistemas cerebrales
permite la generación adecuada de una actitud de combate que es sólida,
impenetrable, y que permite al combatiente enfrentar en forma balanceada
a su oponente.
Como comentario final. En vista de lo discutido, el entrenamiento del
karate no debe ser considerado un mero ejercicio físico, sino que
involucra además el desarrollo de regiones del cerebro que participan
en elementos tan fundamentales como son la memoria, la atención y el
balance emocional.
El kata permite la incorporación de Pautas motoras automáticas que
pueden ser de gran utilidad en la vida diaria, tanto como para mantener
una postura física adecuada como para poder enfrentar ciertas
situaciones de urgencia con mayor eficacia. Tal vez más importante, la
adquisición de un balance emocional adecuado y un manejo eficiente de la
atención, a través del desarrollo de la actitud de combate son
fundamentales para desenvolvernos en múltiples ámbitos de nuestra
existencia.
Francisco Aboitiz, Ph. D. Profesor Asociado, Facultad de Medicina, Universidad de Chile Cinturón Negro 2º Dan.